- Monasterio de La Concepción
Desde su fundación, en 1682, el monasterio ha estado cerrado al público, pero el museo de las Conceptas es una visita obligada, donde – entre muchas joyas coloniales – existe una pintura de San José firmada por el dibujante de la misión geodésica, Jean de Morainville, en 1747. En la calle Presidente Córdova se adquirien deliciosos dulces, remedios y la tradicional agua de pítimas.
- Museo Remigio Crespo Toral
La lápida de Tarqui fue trasladada de un lugar a otro y desapareció en 1980 de la casa de Remigio Crespo en la que estaba empotrada; luego reapareció misteriosamente al hacer el inventario de los bienes del actual museo, donde se la puede observar en exhibición. Se espera que regrese al obelisco del cerro Francés Urco, en Tarqui.
- Catedral Vieja (Iglesia Mayor)
La Iglesia del Sagrario o Catedral Vieja se empezó a construir al fundar la ciudad. Los geodésicos utilizaron una de las torres como base para sus mediciones, la cual se eliminó al reconstruir el templo. En su paso por la ciudad, el recordado científico Francisco José de Caldas mencionó que la torre, por su relevancia durante la misión geodésica, fue más “célebre que las pirámides de Egipto”. Su frase se grabó en mármol sobre la puerta que da a la calle Sucre. El lugar es hoy un hermoso museo (¡otra visita obligada!).
- Monasterio del Carmen de la Asunción
A la llegada de los geodésicos, se lo conocía como Convento de Santa Teresa, fundado en 1682. Continúa funcionando como un monasterio cerrado al público, junto a la pintoresca plaza “de las flores”, de la calle Sucre y Padre Aguirre.
- Calle La Condamine
Quizá una de las calles más nostálgicas de Cuenca, donde se mantienen antiguos oficios, bautizada con el nombre de La Condamine pues aquí estuvo situada la casa en la que él permaneció durante su estancia en Cuenca (donde moriría, además, el Dr. Senièrgues). De esta calle baja una escalinata hacia el rio Tomebamba, conocido en aquella época como río “Matadero”.