Cuenca sale adelante… y elegante. Claro que sí. Cuando inició la pandemia, Cuenca se cerró en su capullo. Su constelación de emprendedores, su cercana colaboración entre el sector público y el privado, sus ciudadanos particulares, sus representantes institucionales… todos se recogieron. No para aislarse. Sino para trabajar juntos hacia la luz al otro lado del oscuro túnel que ha sumido a la humanidad en estos tiempos de pandemia.
La emergencia sanitaria golpeó a todos de una manera u otra; y en el campo del turismo, lo afectó a niveles sin precedentes. Pero la ciudad de Cuenca tomó al toro por los cuernos como ninguna otra ciudad del país. Con gran visión y eficacia, dedicó sus recursos a fomentar una imagen de ciudad biosegura y sostenible. Desde luego, es más fácil cuando tu ciudad ya se caracteriza por una agenda progresiva, por su férrea posición de protectora del patrimonio y naturaleza y del bienestar equitativo de sus ciudadanos.
Definir a la ciudad como un lugar que confronta a la pandemia y que, además, aprende de ella, de sus lecciones y dificultades, ha hecho de Cuenca aún más apetecida como destino a medida que el mundo empieza a abrirse nuevamente. Asegurando el cuidado y salud de las personas, con dispositivos para que todos los establecimientos certifiquen procedimientos correctos de atención, al igual que temas de calidad de vida para locales y extranjeros, incluyendo sistemas efectivos de reciclaje y manejo de agua; la concienciación en el público para que se consuma lo que se produce localmente; un dispositivo web cuencabioseguraysostenible.com que define estos parámetros, todo ello ha surtido resultado para reactivar la ciudad.
Cuenca vive de su turismo y comprende bien la importancia de su patrimonio cultural. Por esto, su tradicional Bienal de Arte vuelve a programarse, a pesar de cualquier dificultad que otros eventos semejantes han tenido para migrar de lo virtual a las calles. Es la décimoquinta edición, titulada “Bienal del Bioceno: cambiar el Verde por Azul”, la que será una más de la ya estructurada agenda de eventos y actividades para el año próximo. Vale acotar que fue en pleno auge de la pandemia que la ciudad fue reconocida de manera oficial como Ciudad Mundial de la Artesanía por el Consejo Mundial de Artesanías (WCC).
A través de su Fundación de Turismo Para Cuenca, el trabajo en conjunto de todos los actores ha logrado, entre otras cosas, reinventar la oferta gastronómica, la cual ha crecido muy por encima de lo que era, incluso antes del inicio de la pandemia.
Uno de los grandes añadidos a la escena culinaria de la ciudad es La Casa del Parque, un centro gastronómico y cultural en el corazón del Centro Histórico. Este punto de encuentro para cuencanos y sus visitantes reúne una variada concentración de estilos de cocina, para todo gusto y presupuesto. A través de una cuidadosa selección, los establecimientos de comida se destacan por su alta calidad y profesionalismo.
Se crearon, además, nuevos productos turísticos para quienes buscan naturaleza en los alrededores. Se han sumado más de dieciséis diferentes rutas para senderismo y observación de naturaleza, a las cuales uno puede acceder vía la página web: www.caminantescuenca.org.
Se juntó fuerzas con un número importante de operadoras que están listos para atender a sus senderistas ofreciendo todos los servicios necesarios, incluyendo la guianza profesional de quienes conocen las rutas, con enfoque en apoyar a la ruralidad para que se destaquen sus rutas y organizaciones comunitarias, pues Cuenca es mucho más que simplemente su ciudad.
Hoy, toda una mariposa, Cuenca ensancha las alas con una nueva ola cultural, que se sobrepone a los vejámenes de estos tiempos inciertos. ¡Cuenca alza el vuelo este 2022!
Fundación Municipal Turismo para Cuenca
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