El doctor Isidro Moreno Navarro, catedrático de la Universidad de Sevilla conocido por sus estudios sobre la Semana Santa, expresa que “la religión, tal como la entiende ortodoxamente la Iglesia Católica romana, solo es una dimensión de la Semana Santa; una dimensión que olvida las demás, como el tema de la propia identidad de la ciudad, de sus barrios a través de las cofradías”.
Las cofradías, tanto en España como en América, nacieron de manera autónoma y no tenían la aprobación de la iglesia al momento de su fundación. Sin embargo, pronto la tuvieron precisamente por ser una expresión de fe fundamental para mantener viva la llama religiosa en la gente.
La cofradía era, en sí, una asociación de creyentes adscrita a un personaje, imagen o hecho bíblico, al que celebraban con ferviente ceremonia. En Sevilla, a mediados del siglo XV, se crearon las primeras cofradías penitenciales, las cuales recorrían la ciudad conmemorando la Pasión de Cristo bajo el concepto de celebraciones disciplinantes. Hacían un especial hincapié en la salvación, a raíz del arrepentimiento, reflejado en el trato hacia Jesús en los últimos días de su vida.

La imagen venerada se centraba en la muerte. La expresión central, además, era la flagelación, por encima del cumplimiento de la doctrina o el sentimiento hacia Jesús y la «moraleja» de su historia: el triunfo de la vida sobre la muerte. Esto preocupaba a los eclesiásticos de la época y por ello, las prácticas fueron abolidas en su momento.
Luego, los franciscanos rescatarían la procesión penitencial, lo cual coincidió con la fundación de la Inquisición. A mediados del siglo XVI ya se registran los primeros Vía Crucis penitenciales en Sevilla, como el de la Cuaresma de 1521 en que se caminaron los “997,13 metros que Cristo anduvo con la Cruz hasta el Calvario”.
La Semana Santa desembarca en Quito
Unos quince años después de estas primeras procesiones penitenciales, los franciscanos desembarcaron en Quito para fundar su iglesia, una de las más representativas de las Colonias americanas. Y el sentido de penitencia, primero a través de las misas y luego, una vez creadas las cofradías, se convirtió en punta de lanza para el adoctrinamiento de los indígenas.
Las cofradías fueron un aspecto central de la Semana Santa en América y sus procesiones. Al momento de gestarse estas congregaciones multitudinarias con máscaras y atuendos cada Viernes Santo, tomándose la ciudad entera, eran las cofradías quienes con más fervor las animaban.

En nuestro país, sin embargo, estas expresiones desaparecieron durante el gobierno liberal de Eloy Alfaro a comienzos de siglo. Una procesión pública que honrara la religiosidad del pueblo quiteño duró más de cincuenta años en volver, cuando Galo Plaza Lasso diera de alta aquellas imposiciones.
En 1949, una tímida procesión volvió a asomarse a las veredas; pero se la volvió a prohibir hasta 1961, cuando los franciscanos organizaron la marcha netamente penitencial en devoción a la imagen de ‘Jesús del Gran Poder’.
La congregación franciscana, dicho sea de paso, carecía de verdaderas imágenes de devoción (como para los jesuitas ha sido Marianita de Jesús o para los dominicos, la Virgen del Rosario). De todos modos, el éxito de esta imagen fue rotundo desde un principio. Escribe el padre John Castro que “ya desde el primer viernes de cuaresma de ese año se llenó el templo”. La procesión se sigue organizando sin falta, desde hace 53 años.
El Viernes Santo en la Historia, un timeline
1133 – Se funda en Játiva, España, la cofradía de Veracruz, hermandad que realiza celebraciones de las Pascuas entre la alta sociedad (incluyendo reyes).
1265 – “Las Siete Partidas”, redactada por teólogos y juristas castellanos bajo Alfonso X El Sabio declara como normativa la celebración de las fiestas religiosas.
1411 – San Vicente Ferrer introduce el concepto de procesiones disciplinarias.
Fines de 1400 – Luego de un período de suspensión, los franciscanos se apropian de las procesiones penitenciales durante Semana Santa.
1534 – Se funda San Francisco de Quito.
1550 – Llega a Quito, en calidad de Obispo, García Díaz Arias, encargado entre otras cosas de organizar las fiestas religiosas de la ciudad.
1597 – Primera noticias de que se celebra la Semana Santa en Quito, el Cabildo quiteño declara que las procesiones deben realizarse de día y no de noche.
1750 – San Leonardo de Porto Maurizio realiza la primera procesión de Vía Crucis con ‘estaciones’ en Roma.
1770 – El presidente de la Audiencia de Quito José Diguja prohíbe el uso del atuendo de Cucurucho, “ni aun con el pretexto de penitencia”
1847 – El francés Alcides d’Orbigny queda asombrado de la procesión de Viernes Santo y documenta sus pormenores con la fascinante ilustración del dibujante Jules Boilly.

1856 – El obispo prohibió la participación indígena en las procesiones quiteñas de Semana Santa.
1911 – El gobierno liberal prohíbe toda manifestación religiosa en público.
1948 – El presidente Galo Plaza Lasso levanta prohibición de expresiones religiosas en público.
1961 – Primera procesión en honor a la imagen de Jesús del Gran Poder realizada por la Iglesia San Francisco.
1964 – Se limita la procesión de Viernes Santo a cucuruchos y verónicas.
PH: Yolanda Escobar
Illustraciones cortesía de Alfonso Ortiz (in «Imagenes de Identidad: Acuarelas Quiteñas del Siglo XIX»)