Existen dos Cajas: el concurrido y el remoto. Descubrimos ambos, entrecruzados en una zona repleta de historia. Su tamaño, a diferencia de otros Parques Nacionales, no es lo que lo destaca, sino el área donde se ubica.
Fue un punto de conexión para el Imperio Inca, cerca del antiguo Tomebamba. Allí convergían habitantes de los Andes centro y sur, pero, sobre todo, fue el punto de comunicación más corto entre Costa y Amazonía.
La altura del Parque Nacional Cajas se extiende sobre los 4 000 msnm, con montañas como Arquitectos y Avilahuayco, hasta los 3010 m descendiendo si se quiere hasta lugares como Naranjal en la provincia de Guayas. Páramos, humedales, manglares y ecosistemas marinos componen sus caminos. Todas las elevaciones guardan, en su interior, a manera de enormes ‘cajas’ interconectadas, sistemas lacustres; de ahí su nombre. Cientos de lagunas conforman el único Parque descentralizados del Ecuador continental. Gracias a ello, las prácticas de conservación de aguas y desarrollo local son admirables, por no mencionar que es una de las pocas Reservas de Biósfera del Ecuador.
La historia de El Cajas es fascinante. Para conocerla, nos remontamos a mediados del siglo XV cuando los Incas conquistaron la zona. Fue en ese entonces cuando Tomebamba (hoy conocida como Cuenca) se convirtió en la ciudad principal del norte del Imperio. Sobre estos senderos comenzaron a construir el ramal del Kapak Ñan (conocido coloquialmente como el Camino del Inca), atravesando cientos de lagunas que nutren los valles siempre verdes de la región.
Los caminos crecían y se bifurcaban, permitiendo añorar encuentros con otras culturas. Pero no fue sino hasta la época republicana que estos senderos realmente conectaron las diferentes regiones. El entonces llamado Camino de García Moreno servía como sendero de caravanas de arrieros que llevaban todo tipo de bienes hacia Cuenca. También sirvió como camino de contrabando de licores, especialmente aguardiente, cuando éste estaba tasado. Los caminos del Kapak Ñan siguen apareciendo debajo de los pasos de los grandes exploradores.

El Cajas a pie
Decidimos encaminarnos hacia estas rutas a manos de un experto. Xavier Montezuma, guía nacional de roca con más de 30 años de experiencia, es una enciclopedia de la zona. Conoce incluso los caminos más recónditos. No solo eso: ¡los tiene guardados en su celular! Todas las coordenadas, puntos de interés, distancias y elevaciones las tiene registradas. Estas son algunas de las rutas que compartió con Ñan.
En la parte occidental de El Cajas hay un camino que cruza parte del Kapak Ñan y termina en descenso hacia los bosques nublados del Parque. Se lo puede recorrer de varias formas y suele llevar entre uno y tres días. El camino más extenso empieza en comunidades aledañas a la zona de Huagrahuma. Si tienes tiempo, esta es la mejor opción pues recorre la mayor cantidad de valles, picos y lagos. La travesía cubre una distancia aproximada de 10km. por día, donde la primera noche se puede acampar en la laguna Lagartococha, una de la más grande del Parque. Tiene tres metros de profundidad, por lo que es apta para bañarse y pescar.

Desde este punto, podemos ubicar la dirección hacia el siguiente destino: laguna de Taitachungo o Mamamag. Este es el trecho del Kapaq Ñan que los caminantes utilizaban como paso hacia la costa. Restos de construcciones preincaicas dan fe de esta parte de la historia. Se puede acampar en las cercanías de Taitachungo para un descanso rodeado de la verde e infinita belleza del lugar. Finalmente, la laguna de Llaviuco, ubicada en la parte baja del Parque, nos recibe con un abundante bosque repleto de texturas y colores.
Azuay es una provincia muy diversa y más plana (es decir, más fácil de ir de un ecosistema a otro) que otros rincones de los Andes.
Es posible caminar otra ruta de un solo día desde Sayausí hacia Llaviuco. Es importante considerar que para ir en esta dirección hay que parar en el centro de interpretación de La Toreadora (también ubicada en Sayausí, donde podemos ingresar sin costo) para pagar el valor de la entrada. Al atravesar la zona de San Luis por los bosques de Polylepis, se llega a las lagunas Unidas y Toreadora. Hay otros senderos que conducen hacia Totoras o Potoquinuas e incluso el conocido cerro Tres Cruces que atraviesa los antiguos caminos hacia Guayaquil. El clima aquí es frío y húmedo, típico de los páramos andinos, por lo que recomendamos ir en la época menos lluviosa: de junio a diciembre.

Otras rutas de interés
Cerca de la frontera con Cañar, en Tambillo, hay también maneras de descubrir estos parajes. Para ello, es necesario bordear el río Ricay, en las cercanías de la laguna de Patul. La visita a la comunidad es imprescindible. Toma aproximadamente tres horas de ida y tres de regreso al ingresar a la parte norte del Parque, atravesando lagunas como Sisirin. Esta zona cercana a la laguna Riñoncocha nos conduce al refugio de La Toreadora, ideal para pasar la noche. Al día siguiente, es una buena opción dirigirse hacia Culebrillas, donde se puede apreciar la famosa cascada Dos Chorreras, única en su tipo por la división que produce su caída. Si el destino es la ciudad, una extensa caminata de cuatro horas conduce hasta Cuenca, con la posibilidad de reingresar al parque en lugares como Llaviuco para descansar una noche más.
De vuelta a la historia, es menester saber que Paredones fue un punto de tránsito no solo hacia la antigua Tomebamba, sino también un recorrido hasta la zona sur de Azuay como Soldados y Chaucha, en las cercanías del río Yanucay (que atraviesa la ciudad de Cuenca). Por otro lado, en sentido norte y este se llegaba a Guayas. Uno de estos caminos empezaba en Dos Chorreras y atravesaba la cordillera hacia Cargua para empezar un descenso de 50 km hasta La Troncal. Por otro lado, en dirección a Molleturo, se entraba a la costa por Naranjal.
PH: Xavier Montezuma
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