El timbre de la cocina da una sola campanada y eso quiere decir que Juan Carlos Solano debe interrumpir lo que está haciendo —por lo general echando broma en alguna mesa —para llevar uno de sus ya famosos «tiestos» a un grupo con hambre. «He conocido personal- mente a cada uno de mis clientes», dice con una sonrisa medio en serio, medio en broma. A estas alturas, no creo que esté exagerando. Es que Juan Carlos Solano sabe que es la atracción principal y una de las razones por las cuales a la gente le encanta —le fascina —la tasquita de la calle Juan Jaramillo y Presidente Borrero.
Juan Carlos claramente tiene un don con las personas. Es simpático, ingenioso, e incluso si está estresado o molesto, algo que cualquier chef sabe puede ocurrir un centenar de veces cada noche, se hace de su buen humor para salir adelante. «No importa lo que me pidan los clientes; mejor dicho, no importa lo que creen que están pidiendo» confiesa: «les sirvo lo que quiero», y ríe: «¡éste es el único restaurante donde el cliente nunca tiene la razón!»
Todo parece comenzar con el menú. No sólo es un poco difícil entender si nunca has comido en los Tiestos antes. Es completísimo, al punto que la elección se hace muy difícil. Y sospecho que es a propósito. Una excusa perfecta para que Juan Carlos se traslade a tu mesa y no sólo decida lo que vas a comer tú, sino lo que comerán todos tus amigos y familiares, incluido el postre.
El primer indicio, por supuesto, es mirar alrededor. El restaurante siempre está lleno. Una reserva es tu único boleto de entrada. Te puedes sentir como el timorato de la fiesta, pero también sientes que tendrás la oportunidad de presenciar cómo deberían ser las cenas en los restaurantes, y cómo la comida debería ser disfrutada, y esto, no te lo vas a perder. Además, el hecho de que toda esa diversión podría terminar en tu propia mesa, es realmente un sentimiento emocionante, sin duda. No exageramos: Los Tiestos es la experiencia culinaria más entre- tenida de toda Cuenca.
El concepto central, aparte de que Juan Carlos Solano orqueste tu cena, es bastante atractiva. «Quería que la experiencia fuera como en las grandes cenas y almuerzos familiares, en los que uno comparte todo, y todo el mundo se va pasando el arroz, las papas, el ají; o sea, el ritual de comunión de la comida, el placer de comer juntos». El plato principal, que es sólo para compartir entre dos a cuatro personas, se cocina en el mismo plato de servir, el tiesto, que llega cubierto con una tapa cerámica estilo tajine marroquí. Cuando ésta se levanta, la comida hierve adentro, y el camarero, o el propio Juan Carlos, testigos de la emoción de sus invitados, empiezan a servir una porción inicial. Hay seis salsas picantes para combinar, cada uno deliciosa, algunas más frutales, otras más punzantes, y un número similar de guarniciones entre ensaladas, papas fritas, arroz, sémola y mellocos. Todo se pasa entre todos, se disfruta de la comida en grupo, se come en familia, y se come bien. El resultado es que uno termina temiendo la última llamada del estómago y el final inevitable a la fiesta.
¡Pero nos estamos olvidando, por supuesto, de la comida! Las carnes que se cortan como mantequilla, los langostinos que son el caviar predilecto, la sopa de camarón que es mitad invención celestial, mitad tributo a las grandes sopas del país, especialidades culinarias que se puede disfrutar de una cocina que está humeando atrás, para que todos la vean en acción. Un concepto y experiencia sin precedentes, basados en la esencia de la generosidad, de la buena mesa, a más de un sentido de decoración acogedor, ideas simples en el diseño entero del restaurante que son, sobre todo, refrescantes y dignas de la celebración. El chef sabe lo que hace.
Contacto
Juan Jaramillo 7-34 y Presidente Borrero
(+593 7) 823-5310 / (+593) 987 233 063
www.tiestosrestaurante.com