Santuario de los guacamayos

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Caminar por el bosque en la frontera sur de la provincia de Manabí suena distinto hoy que hace cincuenta años. Un nuevo integrante de la selva, uno que ha vuelto del pasado para quedarse, le da vida y una nueva identidad a todo el territorio.

El Guacamayo Verde Mayor, verde como la selva grande que lo circunda, eleva su grito al cielo. Es un sonido que nos llega, literalmente, del olvido. Muchos ya lo habían dado por desaparecido, pero su historia es una de resiliencia. Resiliencia no sólo de la especie misma, sino de quienes han luchado incansablemente para que, luego de haber desaparecido de su hábitat natural durante medio siglo, vuelva a casa.

PH: Santiago Bancalari

La pequeña comuna de Las Tunas, llena de vecinos sonrientes y optimistas, ha logrado un imposible. Aparte de ser hoy una de las comunidades más comprometidas con el medio ambiente del país —y más efectivas en cuanto a su impacto positivo—, sus esfuerzos han levantado de las cenizas a un ave fénix. También conocido como el Papagayo de Guayaquil, esta esbelta y enorme ave de la familia de los loros, con plumas multicolores y ojos sabios, cuenta con una población de menos de sesenta individuos; todos, hasta hace un año, eran aves en cautiverio, inexistentes en el mundo natural.

Su extinción estaba sellada. Cuando la Fundación Jocotoco, junto con Loro Parque Fundación y el Centro de Rescate de Jambelí, idearon el programa de reproducción y reintroducción de la especie, no podían saber lo comprometidos que resultarían los residentes de Las Tunas, ni el éxito que tendría el programa en sí. Pero son ahora trece guacamayos que, criados en cautiverio, han extendido sus enormes alas desde el sitio y volado hacia su libertad en este histórico bosque (con seis más que lo han hecho desde la reserva de Las Balsas, a unos 80 km). El programa ha sido tan provechoso que a meses de ser liberados, ya se han creado nidos y ha empezado un verdadero proceso de reproducción en estado natural.

PH: Santiago Bancalari

Las Tunas se encuentra en plena frontera entre las provincias de Santa Elena y Manabí y comparte la playa con el pueblo de Ayampe. Como comuna, cuenta con 4 000 hectáreas de bosque y playa y su labor y dedicación por la conservación es ejemplar, apoyando el manejo de la Reserva del Río Ayampe creada por la Fundación de Conservación Jocotoco para proteger tanto el bosque húmedo tropical de la cordillera Chongón-Colonche como el fragmento de manglar más grande del sur de Manabí y un hermoso estuario con grandes bandadas de aves migratorias.

Además, es una de las playas más sanas del país, gracias a los programas de limpieza de playa y reciclaje (este último, con el lema ‘reciclar plásticos para mejorar vidas’, impulsado por la Embajada Británica) que han transformado a la comunidad. A través del programa Niños del Mar, niños de sesenta escuelas de los alrededores se sienten guardianes de su ecosistema, orgullosos de su naturaleza, y sobre todo, de la enérgica especie que ha vuelto a sus bosques. Todo ello ha merecido reconocimiento internacional a sus esfuerzos, un proyecto global que fue finalista del Premio Ecuatorial de las Naciones Unidas en 2017.

La Reserva también es hogar del segundo colibrí más pequeño del mundo, la Estrellita Esmeraldeña, que se puede observar entre diciembre y abril. Endémico de la costa ecuatoriana y en peligro de extinción, Fundación Jocotoco creó la reserva Ayampe en 2011 para proteger el hábitat clave para la reproducción de la especie. La comuna de Las Tunas la declaró como su ave emblemática en 2017.

PH: Michael Moens

Los residentes de Las Tunas han plantado, incluso, 10 000 árboles nativos, entre ellos, el pechiche, cuya flor alimenta a la estrellita y cuya fruta es una predilecta de la guacamaya. Cada primer domingo de abril, la Fiesta del Pechiche fomenta conciencia sobre la conservación y revela la impresionante gama de productos provenientes de esta fruta (mermeladas, aguardiente, tiramisú… ¡hasta pizza!).

La larga y desértica playa de Las Tunas es ideal para el surf y dos buenos restaurantes, propiedad de acogedoras familias del lugar, atraen a comensales que podrán almorzar en las instalaciones o en la arena, bajo estructuras de bambú con hamacas. En Wipeout, propiedad de Byron Delgado, las especialidades incluyen mariscos con maracuyá cocinados en bambú y una deliciosa cazuela de mariscos y maní; cuenta además con un imaginativo menú vegetariano. Al lado, Restaurante de Jinmy ofrece platos de pescado y mariscos —su especialidad, el róbalo con camarón al maní.

Reserva del río Ayampe

Contáctate con el administrador de la Reserva, ambientalista y guía de observación de aves Byron Delgado (+593 9 84 74 7014) para recorridos a pie o a caballo. O acompaña al dedicado ornitólogo René Zambrano, cuando a los guacamayos esperando ser liberados. Byron también organiza salidas en kayak y snorkel en Los Ahorcados, la sorprendente formación que se ve en el mar frente a este tramo de la costa.

Para más información sobre los programas de conservación, contacta: 
www.jocotoco.org

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