Ángel Paz es casi una celebridad. Ha logrado lo que ningún otro amante de las aves: ¡que vengan a su mano desde la selva profunda con sólo llamarles por su nombre de pila! Él les dio estos nombres, por supuesto, y ellas parecen agradecérselo. Gralarias rarísimas vienen a comer de su mano. Ángel ha identificado una técnica y la ha exportado (¡ya lo están usando en Colombia!). Visítalo en su reserva (km. 66 de la vía Calacalí – La Independencia).
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