El peruano Martín Chambi es considerado uno de los grandes fotógrafos de la historia y, por primera vez en 30 años, el Museo Casa del Alabado, ubicado en el casco antiguo de Quito, ha reunido solo fotografías originales como parte de una fascinante exhibición de su obra.
Dirección: Cuenca N1-41 y Bolívar, al sur de la plaza San Francisco.
Horarios: Todos los días 9 AM a 5:30 PM, miércoles 1:30 a 5:30 PM.
Tel: (02) 228-0772
Web: https://alabado.org/
Abierto hasta: 04 marzo 2019
Martín Chambi, el maestro peruano
Martín Chambi es uno de los fotógrafos más destacados de Sudamérica. Pionero en el Perú de la fotografía de retratos, también documentó la ciudad del Cusco, donde vivió y trabajó durante cincuenta años, con el espíritu de convertirla en algo más grandioso que sí misma. Grandioso en cuanto a su arte, por supuesto, aunque Chambi también quiso que Cusco fuera un destino turístico mundial a través de su fotografía, lo que evidentemente era una idea innovadora en el momento.
Chambi nació en el seno de una familia indígena en la zona más sureña de Perú, al norte del lago Titicaca, en la empobrecida ciudad minera de Coaza. Se crió desde orígenes humildes para convertirse en una estrella del arte y cultura peruana. Andrés Garay, curador de la exposición, nos cuenta más:
¿Qué hace tan conmovedora a la obra de Chambi?
Diría que que el acto de apretar el obturador de Martín Chambi era el último acto del proceso creativo, no el primero.
La cámara fotográfica es un mecanismo de grabación, pero ese aparato de grabación, esa máquina fotográfica, obedece al intelecto, opera como registro. Y quien decide el registro es el autor. Y ahí es donde se juega el arte. Ahí está el componente para entender la fotografía de Chambí.
En el momento en que el fotógrafo se convierte también en un interpretador— un inventor también, si quieres —es paradójico pues está hablando de un documento también. Chambi se inventa un Cusco, su Cusco, su Machu Picchu. Generalmente un fotógrafo documental lo que haría es evitar las sombras para que haya mucha información. Chambi hace lo contrario, incorpora la sombra como sugerencia de lo enigmático, de lo misterioso, de lo oculto que es Machu Picchu. Si te das cuenta la obra documental no es solo fruto de una emotividad, es fruto de una serie de pasos racionales y claro, irte a Machu Picchu con 30 placas de vidrio, no podías irte a disparar solo por disparar. Veinticuatro se te rompan porque había que ir a lomo de mula. Entonces cada acto de apretar el obturador era un acto casi sagrado en el caso de Chambi. Porque se daban tantas cosas previas a la decisión final del acto fotográfico, que es: “esto es lo que yo quiero”.
¿Quién era, entonces, Martín Chambi?
Gente piensa que fue el primero que hizo postales del Cusco, que no es cierto. Que fue el primero en fotografiar Machu Picchu, que tampoco es cierto. Que fue autodidacta, que tampoco es cierto.
Nació en una familia muy pobre en los Andes orientales del Puno, que es una región al sur del Cusco y se quedó huérfano de padre y su madre lo mando a la ciudad más desarrollada que había en el sur peruano: Arequipa.
Providencialmente, en el 1908, llega a Arequipa al estudio fotográfico del fotógrafo más renombrado del sur peruano que se llamaba Max Vargas, que en ese momento tenía administrado su estudio en la plaza principal de Arequipa y al mismo tiempo administraba y tenía activo su estudio en la plaza Murillo de Bolivia.
Aprende muchas cosas, entre ellas, adopta los códigos burgueses de cómo comportarse en la ciudad. Siempre se viste de terno, con corbata, pelo engominado… era un pequeño dandy en la ciudad. Porque posiblemente su maestro así se lo indicó. Ya que fotografiaban a la alta clase social arequipeña, tenía que estar bien presentado. Pero no le molestaba eso a él. Es más, lo asume y aprende eso, aprende el manejo comercial de la empresa fotográfica. Eso es elemental para comprender la obra de Chambi. Chambi es un fotógrafo, artista, profesional, no es una persona autodidacta o una persona que fue tanteando a ver cómo le salían las cosas. Aprende el modelo empresarial de la fotografía.
Entonces quien está llegando a Cusco es un gran fotógrafo, un fotógrafo sofisticado, superdotado, inteligente, quechua-hablante, aburguesado. En su persona concentraba varios relatos socio-culturales. Es una síntesis de lo ocurría en el debate público sobre el indigenismo, por ejemplo.
Eso es interesante porque también lo traslada a su obra y con esas condiciones y con esa amalgama de fuerzas culturales que él encarna, desarrolla su mirada, una mirada original, única, sensible a la luz, aguda. Es consciente de que Cusco está asomándose al turismo como una potencial mundial. Cuando ya Chambi llega es consciente de que Cusco es un potencial visual para el mundo. Y eso es fascinante, porque se convierte en un hacedor de imágenes con un impacto cultural en Cusco, en Perú, en el mundo… de una manera categórica.
¿Sus aportes?
Uno de los aportes de Chambi es la fotografía documental. ¿Qué es la fotografía documental? La fotografía documental es una práctica que no existe, un género que en la época de Chambi no existía. La fotografía documental se entiende, como principio básico, como aquel que documenta situaciones. Por la formación que tenía Chambi, por la influencia de su maestro y por su condición indígena también, cuando se enfrenta a estos vestigios de civilizaciones antiguas, es posible que ello le haya tocado fibras muy íntimas de su propio ser.
Desarrolla y empieza el proceso creativo a partir de una mirada autentica únicamente suya. Bueno, eso lo puedes decir de todos, pero las cosas que pasaron en su vida, desde su nacimiento hasta Arequipa y su llegada a Cusco, le fue nutriendo y haciendo tomar conciencia de la mirada y condición indígena respecto a los vestigios arqueológicos. Entonces en la fotografía documental de Chambi encontramos unos documentos con una cuota interpretativa muy fuerte.
¿Cómo refleja la obra de Chambi esta exhibición?
Estamos hablando de fotografías originales de Chambi, que es un hito también en toda la trayectoria post Chambi de exposiciones que se han hecho en el mundo. Esta exposición no está hecha para satisfacer una expectativa de espectacularidad. Esta exposición está hecha para respetar justamente el contexto en el que surgieron del propio fotografío estas imágenes y que nos hace ver que así funcionaron en su momento como imágenes en diferentes soportes, sea postales, vistas, etc. Si tu traes aquí a un arqueólogo, a un arquitecto, a un etnógrafo, a un periodista, a un pintor o un sociólogo te aseguro que todos ellos se llevarán material preciosismo para sus propios estudios. Eso es lo mágico de Chambi. Que concentra una serie de dispersiones.
Todo eso mirado en conjunto, te darás cuenta que finalmente Chambi es un personaje muy valiente, que ama a su tierra, que se reconoce como indígena, que se reconoce como occidental y que está pensando en compartir todo aquellos que él valora a través del lenguaje fotográfico y las magníficas fotografías que estamos viendo aquí en esta sala.
Yo creo es muy enriquecedor al punto de vista estético y desde el punto de vista de nuestras culturas y nuestros pueblos, porque Chambi creó todo esto para el disfrute de todos. No para el cusqueño, no para los peruanos… para todos. Y como Quito es una ciudad muy andina, creo que hay un plus de valoración y experiencia que no va a tener otra ciudad. ¡Vengan por favor y verán que no se van a arrepentir!