A tan solo 300 metros de los vestigios arquitectónicos más importantes del país se encuentra un lugar ideal para descansar. Con jardines donde hasta los polylepis pintan el paisaje, un servicio de alta categoría y la amabilidad de sus anfitriones, la Posada de Ingapirca nos invita a recorrer los lugares donde Cañaris e Incas conversaban con estrellas y montañas por igual.
Su acogedor albergue de montaña, hecho con madera y lleno de detalles rústicos te harán sentir en casa. Si a esto le sumamos su comida casera (hecha con las recetas de la abuela), la experiencia de tranquilidad y paz está completa (nada como sentarse frente a su chimenea y compartir buenos momentos con amigos y familia).
Antiguamente este lugar era una casa hacienda privada, de 200 años, pero hoy en día está restaurada y cuenta con todas las comodidades para atender a sus visitantes: calefacción en todos los cuartos, agua caliente, decoración propia de la región y para los más friolentos, deliciosas y suaves colchas tejidas.
Cuenta además con salón de juegos, servicio de cabalgatas para explorar el Capac Ñan (el Camino del Inca, ubicado también muy cerca de la posada) y asesoría para que los visitantes tengan la mejor experiencia en estas tierras, hospitalarias y ancestrales.
500 meters east of the Ingapirca Complex.
+(593 7) 282-7401 / +(593 7) 283-1120
www.posadaingapirca.com