Cuando visitas la parte alta de San Cristóbal vale la pena alquilar un taxi por el día para que puedas recorrer la ruta con tranquilidad. Recorrer esta zona es como estar en otro mundo, la costa y las olas se quedaron lejos y mientras más subes, es necesario llevar un saco para no pasar frío.
Al este de la isla y a 7km de Puerto Baquerizo Moreno empieza la parroquia de El Progreso. En este lugar se dio el primer asentamiento de la isla y antes de pasar a conocer las ruinas históricas, puedes parar en el pueblo de La Soledad para tener una vista espectacular de San Cristóbal.
Aquí empieza a correr viento cuando ya divisas la Hacienda del Ingenio El Progreso, donde quedan vestigios de lo que alguna vez fue el epicentro del ingenio azucarero de Manuel J. Cobos y donde se fabricaba todo el azúcar que se consumía en Ecuador.
Siempre es mejor en bicicleta.
Continuando por la zona de El Progreso, puedes visitar la Casa del Ceibo, un atractivo interesante de esta parte en la cual se puede subir a una casa de madera, construida sobre un árbol de ceibo de más de 40 metros. Se cree que tiene más de 300 años, y según quienes viven en El Progreso, aseguran que aquí (antes de ser un pequeño parque de diversiones familiar) era donde Manuel J. Cobos amarraba y castigaba a sus empleados.
Iglesia de El Progreso.
La Laguna de El Junco está a 19 km del centro de Puerto Baquerizo Moreno, y es la única laguna de agua dulce en todo el archipiélago de Galápagos, con una historia “lacustre” de 40.000 años. Rodeada de un bosque de Miconia y ubicada dentro de una caldera de un volcán ya extinto, vemos descender decenas de fragatas que llegan para limpiar sus plumas de la sal del mar.
Continuando hacia el sureste de la isla, está La Galapaguera de Cerro Colorado. El sendero atraviesa áreas de adaptación de tortugas gigantes que se alimentan de las frutas locales otoy y manzanillo (la cual es tóxica si fuera ingerida por humanos). El centro es uno de varios centros similares en el archipiélago dedicado a la conservación de esta especie ícono de las islas. Se puede apreciar a las tortugas caminando a tu alrededor, a veces emitiendo su tenebroso resuello, con pequeñas jaulas de conservación para los bebés que a partir de los 4 años pasan al espacio más grande.
Puerto Chino, destino final.
Puedes luego terminar tu travesía por este mundo de altura en Puerto Chino, una ensenada de arena blanca fina. Para llegar pasas un pequeño sendero de 15 minutos que desciende hasta la playa.