La mora de Castilla… la mora quiteña, aquella mora que, en 1845, fue descrita por primera vez para la ciencia occidental, no tenía nada de nueva en el paladar de quienes la habían comido y bebido con deleite desde siempre…
Por eso la llamaban de Castilla. No porque viniera de la península, sino porque su exquisitez era tan elevada como los productos importados de mayor calidad, que eran, a final de cuentas, los más apetecidos por los peninsulares, tan lejos de su madre tierra como lo estaban en América. Pero científicamente, nuestra mora no tenía comparación con la mora ‘castellana’. La nuestra era única. Una de las moras —sino la mora— más deliciosa del mundo.
Hoy, pocos recuerdan que hace más de cien años, Orangine creó su clásica ‘bebida burbujeante’ de frutas… y que uno de sus productos más populares fue, precisamente, la bebida de mora.

El amor que, desde siempre, el ecuatoriano siente por sus frutas, y sobre todo por esta fruta en particular, hizo del novedoso invento de un jugo burbujeante todo un hit.
Volvamos a 1914, cuando la tradición del jugo de frutas en un lugar donde estas son tan deliciosas como en Ecuador, fue de pronto dotada de algo muy moderno, que se compaginaba con las tendencias de las bebidas del mundo: las burbujas.
Bebidas con burbujas ya existían, sin duda, pero ninguna se centró tanto en la identidad gustativa de los ecuatorianos como Orangine. La línea de bebidas Orangine fue creada en las fábricas de la Cervecería Victoria (compañía cervecera quiteña que abrió sus puertas en 1885, un año antes de fundarse Coca-Cola).

Orangine importaba el concepto de la soda, pero calaba hondo por incorporar esa afición frutera tan ecuatoriana. Sabores también incluían la naranjilla, la lima, la manzana y la fresa, las cuales se popularizaron de manera masiva. Para los años 1940, ya era necesaria una fábrica que se dedicara exclusivamente a producir estas clásicas gaseosas.
Por ello, su tradición se ha mantenido y Orangine continúa produciendo bebidas 100% naturales a partir de las frutas que más nos apasionan. Puede parecer cualquier ‘cola’, pero en el fondo guarda una identidad profunda y un sabor sin igual, el sabor de generaciones pasadas. Y entre otras cosas, ¡el sabor singular, sin comparación en el mundo, de nuestra mora!
Descubre más sobre esta marca orgullosamente ecuatoriana: www.orangine.com.ec