La operación turística Tierra de Volcán, con sus dos productos emblema —las haciendas El Porvenir y El Tambo— son de esas raras joyas que proponen otro estilo de “experiencia”: una nueva forma de descubrirse uno mismo a través de paisajes únicos y conexiones inesperadas.
La belleza del páramo
Quizás todo parte de la ubicación, uno de los ecosistemas más especiales del planeta. Hablamos del “páramo” ecuatoriano; y no cualquier páramo ecuatoriano: el páramo del volcán Cotopaxi, el volcán más “guapo” de la cordillera andina. Aquí operan las haciendas El Porvenir y El Tambo.
Es importante comprender que los muchos páramos del Ecuador son ecosistemas muy particulares de los Andes equinocciales. Concentran imponentes glaciares y gran volcanismo (muchos de sus volcanes, incluyendo el Cotopaxi, están activos).
Interesante también es notar que ningún páramo es igual. Los Andes y la irregularidad de sus contornos, provocan condiciones de aislamiento en cada páramo del país, lo que, a través de milenios de evolución, crea comunidades únicas de flora y fauna. Algunos ecólogos llaman a los páramos ecuatorianos “islas en medio de las montañas”. Las haciendas El Porvenir y El Tambo nos llevan al corazón de estos ecosistemas.
A través de su visión ecoturística, Tierra del Volcán protege los pajonales y bosques chaparros del “límite arbóreo”. Estos bosques son de baja estatura, donde dominan especies resilientes que aguantan las condiciones demandantes de poco oxígeno y frío de las alturas. La experiencia única de visitarlos y conocerlos íntimamente, entornos que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo, es tanto una educación como una oportunidad de conectarte con una naturaleza extrema.
En Hacienda El Porvenir, uno es testigo, por ejemplo, de una preciosa cascada en medio de un frondoso bosque de Polylepis (una especie endémica); la cascada de por sí surge del deshielo natural del nevado. No es una visión anodina: estar frente a ella nos muestra cómo nacen los principales ríos del país (uno de los países con más ríos por metro cuadrado del mundo), cómo los páramos de nuestro territorio alimentan las grandes cuencas hidrológicas del continente (como lo son el río Guayas y el río Amazonas).
Los extensos pajonales en Hacienda El Tambo, por ejemplo, son auténticos reservorios de agua, necesarios para el equilibrio ecosistémico de la región. Es un lugar vital para la vida, para comprender, incluso, dónde nuestra asombrosa biodiversidad empieza. La hacienda se ubica entre asombrosos nevados —el Quilindaña y el Cotopaxi—, además de su cercanía a un super-volcán, el poderoso Chalupas, una caldera inmensa de prodigiosa extensión. Poder estar sumidos en este paisaje, conociendo todo lo que implica su naturaleza, impacta profundamente. Por ello, la cultura también es muy especial: una cultura chacarera de jinetes que cabalgan las colinas onduladas y profesan una conexión singular con su entorno…
Experiencias para todos los sentidos
Conocer el páramo, la vida de hacienda, los hermosos paisajes de pajonal y sus bosques, las preciosas flores que escoltan el camino… se conjuga también en la excelente gastronomía, basada en ingredientes frescos y orgánicos de producción local —muchos de ellos provenientes del mismo huerto de la hacienda. Hacienda El Porvenir ofrece deliciosos platos, algunos servidos en hermosas cuencas de piedra del volcán, como un lomo al punto que desees con una deliciosa salsa de vino y mortiños andinos. Las recetas tradicionales campesinas tan únicas de la región son preparadas con profundo amor por la cultura de hacienda: el locro de papas, las empanadas, los llapingachos.
Poder plantar un árbol; ser parte y contribuir a la salud del páramo y su importante labor de equilibrio ecosistémico; poder cabalgar, caminar o pedalear en medio de las onduladas montañas: es un todo, parte de la cultura de exploración y transformación que profesa Tierra del Volcán… incluyendo la posibilidad de conectar con caballos más allá de una inolvidable cabalgata, durante “terapias” de empoderamiento que literalmente logra marcar una huella indeleble en tu vida.
Cuando visitamos burbujas como estas, nos damos cuenta de que esta vegetación, esta cultura, este punto único del mundo, es milenario… y persiste, saludable, al pie de los volcanes. La conexión con la naturaleza y con nuestras propias sensaciones, en el amplio páramo, es profunda.
El Cerotal, una puerta a Imbabura
Tierra del Volcán también maneja Hacienda El Cerotal, en la provincia de Imbabura. Esta antigua casa de hacienda se ha convertido en una estadía ideal para quien busca explorar la región norte del país o simplemente sentir el aire y familiaridad de la vida campestre en los Andes. Todo en su interior nos recuerda a su historia colonial como parte de la gran Hacienda La Magdalena, incluyendo objetos de arte de la Escuela Quiteña atribuidos a grandes exponentes de la misma y la profunda raigambre tejedora de la zona, decorada a su vez con textiles de alta factura artesenal. Es el lugar ideal para familias en uno de los destinos icónicos del país, a solo diez minutos en auto de Ibarra y Otavalo.
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Fotografías: Juan Fernando Ricaurte / Tierra del Volcán