Molino del Puente, encanto en El Cajas

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Despertar en medio de un mundo de agua, el río fluyendo como la gran melena de la Madre Tierra a un costado de tu cabaña. Despertar entre montañas, jaspeadas de nubarrones dibujando los contornos de un amanecer. Despertar entre sigses, entre flores de páramo, entre los trinos de aves en un entorno que, con asombrosa facilidad, te deja entre ensueños y encantos. Una estadía en Molino del Puente es un verdadero viaje en más de un sentido…

Este viaje tiene varios niveles. Es un viaje cercano —y por ello, muy especial— a solo 20 – 30 minutos del centro de la ciudad de Cuenca. Logras desconectarte por completo de la ciudad en poquísimo tiempo. De hecho, está justo sobre la vía principal, la que eventualmente conduce a la ciudad de Guayaquil. En cualquier otro lugar, esto sería un inconveniente cuando buscas “desconexión”. Pero no es el caso aquí.

Habitaciones con vista directa al río

Paralelo a la vía, esta el poderoso río que desciende de los altos de El Cajas, uno de los humedales más importantes del país; agua limpia, repleta de oxígeno puro, que domina con su sonido la propiedad, creando una deliciosa burbuja. Y el inconveniente se convierte una gran ventaja. Tanta naturaleza, tan cerca y tan accesible.

Es también un viaje encantado. Sus cuatro habitaciones están ubicadas en distintos puntos de la orilla, todas con vista al río y a las montañas. Y no hablamos de cualquier habitación. Sin rincones rectilíneos, como en la famosa “Pedrera” de Gaudí, estos pequeños nichos de piedra están emplazadas bajo tierra, como parte de la formación geológica; verdaderas cuevas, o como me las describieron antes de conocerlas: “estilo Hobbit”. El ambiente se presta a tales comparaciones: un lugar mágico que —desde su naturaleza hasta su arquitectura— nos lleva a un cuento de hadas.

Un molino de piedra camino a El Cajas

Y está, además, el otro viaje. El que empezó este sueño e inspiró a Juan Fidel León, dueño de la propiedad, a colocar dos hermosos molinos de piedra para rememorar sus propios viajes a Europa. Con el río fluyendo a un lado, con bosques chaparros levantándose por detrás, estos estoicos molinos ofrecen una inesperada identidad al lugar. Casi como una firma artística. Y nos sentimos en Europa. Pero también nos sabemos en los poderosos Andes, rodeados de colinas, cerros y montañas.

Un retiro para cuerpo y alma

Todos los fines de semana, don Juan Fidel utilizaba este lugar al filo del Parque Nacional El Cajas como su retiro personal, para re-encontrarse y buscar, incluso, una conexión espiritual. Lo llamaba su “santuario” y los sábados de mañana, se montaba en su bicicleta y desde Cuenca pedaleaba 15 kilómetros montaña arriba para pasar el día. Aprovechaba el spa natural de este mágico entorno de agua y volvía a Cuenca rejuvenecido.

Hoy, este propósito no deja de ser el mismo para quienes hacen de él su  estadía. Es un retiro; un lugar para encontrar vínculos con la prodigiosa naturaleza. A poca distancia de la laguna La Toreadora, es un lugar ideal para salir al encuentro del Parque Nacional más “lacustre” del país. Con mas de 4000 ojos de agua, El Cajas es un reino sobrecogedor. Puedes llegar a Tres Cruces, por sobre los 4000 msnm, el punto más elevado de la vía, y empezar tu incursión, volviendo a las cálidas cabañas por la noche.

Molino del Puente es un lugar reconocido especialmente por quienes viajan desde Guayaquil a Cuenca, pues está, convenientemente, en pleno camino entre las dos ciudades. Muchos se detienen para saborear la especialidad del lugar: la trucha. Preparada con tino, es una delicia fresca, la pesca del día. Junto con exquisitos locros de papa y el tradicional mote pillo cuencano, uno se siente en casa, con excelente anfitriones prestos para ofrecerte los sabores de la tierra.

un delicioso locro de papas, entre otros clásicos de los Andes

Si eres de Cuenca, Molino del Puente es un lugar ideal para dejar la ciudad y llenarse de aire fresco. Si vienes de Guayaquil, es el lugar ideal para hacer escala; en vez de apurar tu camino, detenerte y sentir la maravillosa naturaleza que rodea la vía. Y si vienes del norte… es sabio planear una estadía en el Centro Histórico de Cuenca —lo puedes hacer, incluso, en Hotel San Juan, hospedaje “hermano” de Molino del Puente, ubicado a solo dos cuadras del Parque Calderón— y pasar una noche de ensueño en este fabuloso lugar. Eso sí, reserva con anticipación. ¡Recuerda que son solo cuatro habitaciones… para una experiencia ultra-exclusiva!

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