Una vía a la derecha de la Ruta Escondida, a pocos kilómetros del decorativo rótulo del Parque Jerusalem, marca el desvío hacia Malchinguí. Este pueblo se ha vuelto en una puerta de entrada para ciclistas que quieren explorar la zona. Es un pueblo de ancianos que ha recibido adecuaciones recientes (caminos son ahora de cemento, los jardines de la plaza lucen una nueva mano de cuidado). De aquí a Tabacundo y la Esperanza se encuentran varios miradores y bosques de eucalipto. Es necesario estar aclimatado a la altura, pero dicho esto, es una buena ruta para ciclistas intermedios, con interesantes escalas en el fascinante complejo arqueológico de Cochasquí o el pueblito de Tocachi con su peculiar monumento al mascador de coca y huertillos comunitarios que venden productos orgánicos.
Ciclismo extremo
Mojanda y sus lagos
Continuado la Ruta Escondida hacia el norte, al este del valle de Otavalo y Lago San Pablo, se eleva el Volcán Fuya Fuya y el trío de lagunas de Mojanda, las cuales descansan sobre un páramo mágico y ventoso. Un camino escarpado atraviesa prados y bosques temperados andinos antes de abrirse sobre los pajonales y aguas quedas de Laguna Grande, o Caricocha. Por más falta de oxígeno que te encuentres, el aire puro y a esas alturas tan escaso es sorprendentemente vigorizante frente a los pliegues que forman los cerros aledaños, donde moran libres liebres, el sagrado puma y el emblemático Cóndor Andino. También se puede acceder a esta zona desde el pueblo de Tabacundo, un trayecto difícil que inclusive en auto requiere tracción 4×4. La forma más fácil de llegar es sobre el camino adoquinado que sale desde Otavalo, con su debida señalización.