Fotos: Murray Cooper (MC)
Los trópicos, para un ave, son el paraíso. ¿Qué ave no quisiera vivir aquí? Que todo sea siempre verde, una primavera eterna, alimento disponible todos los días del año, que no existan fluctuaciones dramáticas en temperatura según las estaciones… Pero vivir todo el año en los trópicos no es para todos, puesto que los trópicos, como quien dice, están a capacidad. Un estudio reciente (aparecido en Nature, Ecology & Evolution) teoriza que esta curiosa saturación de avifauna tropical y la extrema competencia que existe en los ecosistemas de lugares como nuestro Ecuador, podría estar detrás de los movimientos migratorios de una gran mayoría de especies de aves en el mundo.

Podría, en resumen, ser una razón importante por la cual algunas especies han preferido adaptarse a volar grandes distancias para aprovechar los veranos en lugares menos “populares” (en ojos de un pájaro, por supuesto). Ecosistemas más simples del norte y sur del planeta ofrecen más comida y más espacio durante el verano… Ahora, cuando llega el frío, estos sitios se vuelven invivibles, o requieren de un proceso de adaptación innecesario para un ave… porque un ave tiene alas y puede irse tal como llegó. Es un poco como decidir entre vivir en los suburbios y trasladarse a la ciudad para el trabajo o vivir en la ciudad. En ciudades grandes, este tipo de repartición es indispensable. También lo es para las aves a nivel mundial. Es selección natural pura y dura.
Alrededor de un 15 por ciento de las especies de aves del mundo son migratorias. Podríamos incluso decir que estas aves no se han adaptado completamente a sus lugares de veraneo y han optado por volar miles de kilómetros, a veces de un extremo del planeta a otro. Aves pequeñas, aves grandes y medianas… un ave migratoria puede ser de cualquier tamaño.
Para los observadores de aves, las aves migratorias representan encuentros muy especiales. Pueden ser aves inesperadas, registros inusitados de aves que han llegado por accidente o aves que están hallando nuevas rutas de migración. También hay las aves que llegan sistemáticamente a Ecuador cada año para quedarse toda la temporada invernal de sus tierras de procedencia.
Rutas migratorias
En Ecuador, las aves migratorias llegan de dos lugares y en dos épocas contrarias: cuando es invierno en el Cono Sur (aves migratorias australes) y cuando es invierno en el Ártico (aves migratorias boreales). Siempre viajan de norte a sur o sur a norte (es extremadamente raro que llegen a Ecuador, por ejemplo, desde Europa o Asia) y llegan a distintos lugares del país, a través de tres rutas generales, una que pasa por la costa, otra por los Andes y otra por la Amazonía. Algunas aves vienen para quedarse más tiempo, otras sólo están de pasada, otras en realidad se salen de su ruta habitual y solo paran en el país por accidente.