Hay trayectos donde las regiones del país convergen, dando como resultado un especial degradé natural que anuncia esta transición. Uno de estos corredores naturales es el conocido trayecto de Quito a Baeza. Pasando Papallacta, el clima de páramo comienza a calentarse para poco a poco desembocar en los bosques húmedos. Rápidamente y sin anuncio, se llega a la Amazonía. Sin embargo, hay lugares que vale la pena visitar para disfrutar por más tiempo de esta experiencia.
En dirección a Archidona se encuentra Cosanga, un pequeño poblado que lleva el nombre de los habitantes que poblaron la zona de Misahuallí, Jondachi y Quijos. Puede parecer que no hay mucho que observar aquí, pero no se puede estar más equivocado. Si buscas bien, encontrarás lugares como Cabañas San Isidro (ahora San Isidro Lodge), donde decidimos hospedarnos.
El principal atractivo turístico del lugar es la observación de aves, pero ese es tan sólo el comienzo. Rodeada de una particular belleza entre bosque y selva, las cabañas tienen un encanto que inician desde el vamos. Son diez habitaciones que cuentan con balcones y jardines que permiten una conexión directa con el entorno. Además, todos están equipados con lo necesario para combatir los esporádicos fríos de la zona y disfrutar al máximo del clima templado.
Las decoraciones, principalmente de madera, son sencillas a la vez que acogedoras. Lugares comunales como salas, comedor y piscina tienen un gusto muy característico, sin mencionar los cuadros que Carmen Bustamante, administradora del lugar, ha pintado con el pasar del tiempo. Dentro de sus talentos se encuentra, por supuesto, su amor por la cocina. Todo lo que cocinamos aquí es producto de la experiencia, comenta Carmen. Los alimentos que utilizan son todos locales, orgánicos y producidos en las propias chakras de quienes lo siembran, apoyando así la agricultura sostenible.
De entrada, probamos calamar con chonta caramelizada al gratín servida en concha. Esta receta fue creada por Carmen, quien explica que todo lo que se sirve son recetas originales de vanguardia. ¿Qué tal suena un brownie de yuca amazónica con almíbar de café y crocante de patasmuyo? Quizás interesante, ¡pero no tan delicioso como cuando lo probamos!
En los alrededores de San Isidro es común encontrar restos arqueológicos. Se dice que la mayoría de estos fueron atrapados por lava y que, al estilo de Pompeya, quedaron conservados debajo de la misma. Dimos un recorrido por estos asentamientos arqueológicos hasta desembocar en un lago cercano. Pregunté por su nombre, pero no lo tiene. Lo interesante es que fue hecho ‘a mano’ y que tiene más de un kilómetro de longitud. Nos subimos en el bote para realizar esta particular ruta en la que se encuentran, aunque escondidos, tapires, guatusas, tigrillos e incluso osos negros.
Conversando acerca de la fauna del lugar, nos invitaron a realizar una caminata nocturna para observar principalmente monos. Sin embargo, no tuvimos suerte en encontrarlos. Lo que apareció en el camino fue más bien un búho con su cría. Estaban tan cerca de nosotros que incluso pudimos observar cómo la arropaba.
Después de tanta aventura, era imprescindible darse un chapuzón en la piscina térmica con una buena fogata justo al frente de la misma. Me pregunto si hay una mejor manera de finalizar el día y la respuesta es sí, pensando en el delicioso desayuno que nos espera a la mañana siguiente y las aves revoloteando prácticamente al lado de todos los invitados que acoge este maravilloso lugar.
CONTACTO
Vía Cosanga Caucheras, km.3. Cosanga, Napo.
(+593) 993 581 250
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Fotografías: Udit Kharka