Es difícil imaginar cómo se habría dado la batalla de pleno siglo 19, en las borrascosas colinas, llenas de precipicios y quebradas del sur cuencano. Quien se aventura hoy a Girón difícilmente podría imaginar a miles de soldados bregando con sus bayonetas a través de semejantes paisajes. Pero fue exactamente lo que hicieron.
Su resultado se decidiría prácticamente desde el momento en que el Mariscal José Antonio de Sucre (mano derecha de Simón Bolívar durante las guerras de la Independencia y, posteriormente, primer presidente de Bolivia) reclamaría una pequeña meseta cerca del llamado Portete de Tarqui, el 27 de febrero de 1829.
A partir de este momento se selló el destino de los peruanos, dirigidos por el general José María Plaza, bajo las órdenes de José de La Mar.

Sus tropas, expuestas, fueron presa fácil para los colombianos, quienes los derrotaron en cuestión de una hora, quedando un millar de heridos. Fue un fracaso rotundo para los de La Mar, quien, como oriundo de Cuenca, había tratado de arrebatar las provincias de Azuay y el puerto de Guayaquil de la Gran Colombia, recientemente fundada por Bolívar; la que incluía los actuales países de Venezuela, Colombia, Panamá y Ecuador.
La batalla es hoy considerada una victoria de Ecuador sobre Perú, ya que eventualmente definió los linderos australes del territorio nacional una vez que Ecuador fuera una nación autónoma bajo la presidencia de Juan José Flores. El tratado firmado en Girón algunos días más tarde, no fue cumplido; pecó, incluso, de poco específico.

Lo mismo sucedería con otro tratado firmado en Guayaquil, luego de una nueva retirada de las tropas peruanas. Como resultado, el conflicto fronterizo entre Perú y Ecuador continuaría hasta 1998, cuando el último enfrentamiento terminaba en un acuerdo de paz que, todo el mundo espera, sea definitivo.
Una característica de la zona de Girón, como lo mencionamos arriba, es su escarpada geografía. Son hermosas subidas y bajadas que, no solo hace pensar en la dificultad de una Guerra, sino que apasiona la mirada. Uno puede visitor en el mismo pintoresco pueblito de Girón la Casa Museo de los Tratados, que te cuenta la historia y permite mirar objetos y documentos que rememoran la batalla.
Y por supuesto, vale la pena combinar la visita con la preciosa cascada de Girón…

PH portada: Botas de soldado con nuevo uso en tiempos de paz, ©Juan Pablo Verdesoto.