Hacienda Cusín: Jardín de las Delicias

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No hay registro de que Alexander von Humboldt haya visitado la Hacienda Cusin en sus viajes desde la actual Colombia hasta Ecuador. Él y Bonpland habrían recorrido su camino desdae la importante ciudad de Ibarra al norte hacia Quito a lo largo de la antigua carretera, subiendo y bajando por las grandes lomas y montañas.

Cuando el barón y el botánico hubieran subido al inactivo Imbabura para contemplar lo que más tarde llamarían «la avenida de los volcanes», habrían admirado los campos fértiles salpicados de miles de ovejas: las tierras de Cusín.

La hacienda original comprendía dos valles y toda la tierra entre estos, al igual que el lago San Pablo, un vasto territorio de unas 50,000 hectáreas. No fue hasta mediados del siglo XX que se dividió la estancia y hoy, las dos hectáreas de Cusín forman parte de la hacienda-hotel, idealmente situada para explorar el mercado de Otavalo, así como la naturaleza y cultura asombrosamente diversa de la provincia de Imbabura. Un receptáculo de antigüedades, de curiosos e ingeniosos objetos y un ambiente único, Cusín proporciona el escenario perfecto para una aventura andina a lo Humboldt y Bonpland.

Sin lugar a dudas, los dos europeos aprobarían de la comida sana y jugos saludables; buen vino y cenas relajadas; servicio de té frente a la chimenea y botellas de agua caliente en la cama. Sillones y libros en abundancia… el arte de la buena vida en hacienda los habría seducido tal como lo hace para los viajeros modernos de hoy.

Los jardines de la propiedad, hermosos y paisajísticos, son un deleite: un paraíso vibrante con más de 60 especies de plantas, entre ellas lirios aztecas, agapantha, acanthas, malvas, rosas, amapolas, margaritas, buganvillas brillantes y, siendo Ecuador, docenas de especies de orquídeas. Bonpland sin duda aprobaría del espectáculo, y estamos seguros se llevaría una o dos ideas para darle nuevos toques de gracia al jardín de Madame Bonaparte.

Caminos de adoquines serpentean al lado de lechos de flores cuidadosamente elaborados, donde se levanta docenas de especies de árboles como el hermoso cholán, aguacate, plátano, palmera, eucalipto, datura, magnolia, cedro, nogal, laurel, jacarandá, pimienta brasileña y arayán. A través de un hueco en los muros de adobe desgastados, se extienden los huertos de la hacienda, llenos de toronjas, limoneros, árboles de tomate y babaco, así como hileras de lechugas, coles, zanahorias, chirivías, remolachas y hierbas y ajíes. Las cuales llegarán frescas a las mesas del comedor.

Uno se pasea encantado por las románticas cabañas, con sus gruesas paredes enrejadas con jazmín, o busca el tronco de árbol esquilado tallado artísticamente por los artesanos locales para mostrar hermosas plantas y animales. Quizás lo más especial de todo ello son las lagunas orilladas de hermosos jardines, con enormes hojas de Gunnera, lirios de cala blanca, papiros y hortensias, donde pequeños puentes te invitan a cruzar hacia el otro lado, por encima de peces de colores bajo la luz moteada que se refleja sobre los jacintos, algas y agua.

Como en los días de Humboldt y Bonpland, como habrían hecho los descendientes de la familia Luna al recibir a familia y amigos en la hacienda, podemos considerarnos afortunados de que este jardín terrenal de las delicias sea, hoy, también accesible para todos.

Contacto

San Pablo del Lago, Otavalo – Ecuador
(+593-6) 291-8013
hacienda@cusin.com.ec
www.haciendacusin.com

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