Hacienda Cusin nos invita a pasear interminablemente por sus senderos floridos, leer novelas enteras junto a una chimenea mientras cae la noche sobre el volcán Imbabura y explorar las maravillas no solo de la hacienda en sí, sino de todo el “Valle del Amanecer». Para vivir la experiencia Cusin, una noche no es suficiente.
Un museo en los Andes
Cada rincón de Hacienda Cusin cuenta una historia, donde el arte se toma las antiguas paredes de adobe: textiles andinos desde Bolivia hasta Chimborazo; pinturas de la Escuela Cusqueña; antigüedades tanto de la hacienda como de varios rincones de la provincia; murales creados in situ por artistas contemporáneos.
La historia de prácticamente todo lo que encuentras en Hacienda Cusin es un reflejo de su lugar en el mundo, alimentando la curiosidad de huéspedes como pocas escapadas del país.

Jardines del decimonono
Entre los más hermosos de Ecuador, los jardines se inspiran de la ilustración inglesa del Siglo XIX. Su paisaje engalana cualquier ventana, terraza o balcón con una huerta orgánica rica en plantas medicinales, frutas endémicas y vegetales que protagonizan los deliciosos banquetes de la hacienda.

Cabalgatas y bicicleta
Montar a caballo es muy popular en toda hacienda ecuatoriana y Hacienda Cusin no es la excepción. Imbabura ofrece un hermoso telón de fondo para viajes ecuestres, pero también excelentes rutas de bicicleta en parajes tanto cercanos como remotos de la provincia.
Cuando te instalas y miras por la ventana, la sensación no deja de ser profunda: “esto es Ecuador, esto es los Andes”.
Juegos, salas y bibliotecas
Cada sala de descanso ofrece decenas de rincones donde retirarse, con bibliotecas repletas de libros, calentadas por enormes chimeneas, salas de juego para pasar la noche en diversión y una colección de películas para disfrutar los clásicos.

Caminatas en valles y montañas
Las colinas que se elevan detrás de la magnífica hacienda son conocidas por sus rinconadas. Uno puede aventurarse a explorar estos valles en mosaico y las muchas quebradas que forman, explorar los grandes volcanes de la región —Imbabura, Cotacachi o Mojanda— o subir hasta el cerro del sagrado árbol “lechero” y visitar el Parque Cóndor.

El Valle del Amanecer
El Valle del Amanecer, tierra de montañas, lagos y mucha cultura, repleto de experiencias desde naturaleza extrema en ventosos páramos hasta talleres artesanales familiares que mantienen vivas antiguas tradiciones. Descubre la artesanía en cuero de Cotacachi, el tallado en madera de San Antonio de Ibarra, los tejidos de Otavalo, los bordados de Zuleta y mucho más…
