El legado del sombrero de paja toquilla: moderno y ancestral

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En 2012, la UNESCO reconoció el arte del icónico sombrero ecuatoriano de paja toquilla como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Para apreciar la profundidad de su importancia cultural, uno debe sumergirse en su rica historia y su evolución como símbolo de identidad. Un producto perfectamente atemporal, universal y amigable con el medioambiente: tanto elegante como casual; tanto moderno como clásico… ¡Visitando Homero Ortega en Cuenca uno sale con la perspectiva de que no hay otro como el sombrero de paja toquilla!

Mucho más que un sombrero

“Me crié rodeada de sombreros. De la mano de mi abuelo aprendí sobre los distintos tipos de tejido y texturas. Todos crecimos en la casa donde funcionaba la fábrica. Los domingos, días de entrega de insumos, el patio se llenaba de sombreros hasta unos dos metros de altura. Recuerdo lo divertido que era saltar con mi prima desde el balcón, para caer en un montón de sombreros” explica Angélica Molina, gerente de la empresa, con una sonrisa nostálgica en el rostro.

A su vez, su hermana Gabriela Molina, Directora de Comunicación de la Empresa, agrega: “Recuerdo mi fascinación por esos pequeños sellos que decían ‘Made in Cuenca-Ecuador’, pequeños mensajeros de que esos sombreros eran hechos por manos ecuatorianas, en nuestro país. Saber que algo nuestro emprendía una aventura por el mundo me hacía volar hacia esos lugares.  El orgullo por lo nuestro siempre estuvo presente.”

En una era en la que el trabajo manual a menudo era menospreciado, Homero Ortega fue un visionario. Abrazó y celebró la tradición en su estado más puro, llevándola a los mercados más exclusivos. Hoy, la empresa porta la antorcha de este patrimonio, asegurando que este tesoro patrio continúe dejando su huella positiva a través del mundo…

Un ícono de la moda sostenible

El tejido de los sombreros de paja toquilla puede tomar entre tres días y  seis meses, en el caso de los más finos. En lugares remotos como Pile, en la costa de Manabí, quedan ya pocos tejedores con el conocimiento para crear uno de estos sombreros “superfinos”… ¡algunos tejedores confeccionan uno al año. La sierra sur ecuatoriana, sobre todo Azuay y Cañar, se ha convertido con el tiempo en la zona de mayor producción. Empresas como Homero Ortega han logrado mantener la tradición, multiplicando su visibilidad y rescatando su usanza sin escatimar su valor patrimonial. Al adherirse a esta esencia, Homero Ortega garantiza no solo sombreros de la más alta calidad, sino larga vida a un legado profundamente ecuatoriano.

El proceso de fabricación involucra al menos ocho hábiles artesanos para la producción de cada sombrero. Homero Ortega aglutina estas destrezas y saberes en un objeto único, siendo una de las empresas líderes en exportación, que honran la labor artesanal, la herencia ancestral y el trabajo individual de cada prenda.

Los sombreros de Homero Ortega siguen siendo hechos a mano. Siguen requiriendo de gran dedicación y de una comunidad de artesanos para ser creadas. Siguen siendo tan amigables con el medioambiente como lo fueron en tiempos remotos, cuando los seres humanos escasamente impactábamos el alrededor con nuestras acciones y quehaceres…

“Cada sombrero encarna una historia única, un pedazo de legado tejido en cada una de sus fibras.”

En el mundo de hoy, donde la sostenibilidad es tendencia, el sombrero de paja toquilla encaja perfectamente con los más altos principios de la moda ecológica. Aparte de su manufactura artesanal, su producción es limitada; son piezas creadas con la más alta calidad, biodegradables, que soportan el paso del tiempo, convirtiéndolos en una elección sostenible de altísima valía. Pero Homero Ortega lleva, incluso, la sostenibilidad un paso más allá al ofrecer servicios gratuitos de mantenimiento para sus sombreros, garantizando la longevidad de cada pieza. Comprar un sombrero de paja toquilla en Homero Ortega, es un acto de consumo responsable.

Un Museo de Tradición

En Homera Ortega, desde siempre, se percataron que no se puede valorar lo que no se conoce, por ello, desde los años 70, abrieron las puertas de su casa para compartir con propios y extraños, la historia y proceso de elaboración de estas prendas icónicas. En la década de 1990, Homero Ortega se trasladó a su ubicación actual, donde gozaban del espacio necesario como para exhibir los sombreros terminados y crear un museo vivo dentro de las instalaciones de la empresa. Desde entonces, visitantes de todo el mundo aprenden sobre la tradición del sombrero de paja toquilla ecuatoriano y se vuelven difusores de la misma. Actualmente, pueden incluso participar en la creación de su propio accesorio de paja toquilla. Esta experiencia interactiva  permite conectarse  con esta maravillosa fibra natural de primera mano.

“Preservar cualquier tradición artesanal requiere que quienes participen en su creación puedan vivir de ello y que contribuya positivamente a sus economías”, afirma Gabriela Molina Ortega y agrega que la producción socialmente responsable ha sido uno de los valores fundamentales de Homero Ortega como empresa. Para nosotros en Ñan es importante apoyar no solo un turismo consciente que respete y honre las tradiciones culturales, sino aprovechar la oportunidad que ofrecen quienes se dedican a valorar y fortalecer estas tradiciones imperecederas. Es un orgullo para nosotros invitarles a todos a conocer los pormenores de este arte único en Homero Ortega. ¡Si estás en Cuenca, no te lo puedes perder!

Texto: Ilán Greenfield
Fotografías: Carlos Puga / Juan Fernando Ricaurte

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