Cuando se viaja a Vilcabamba, uno busca paz, comodidad, naturaleza… Si a Ximena Ruiz le hubieran dicho que un día ella y su familia manejarían un lugar que pudiera ofrecer estas bondades, seguramente no lo hubiera creído. Hace siete años, cuando abrieron la hostería, ella trabajaba en una clínica.
Su ubicación beneficia a la hostería con un plus que sólo puede describirse una vez vivido: despertar sin el ruido de los autos y al ritmo del cantar de las aves.
En la vía a Yamburara Bajo, siguiendo la vía hacia el este sobre la calle Agua del Hierro, aparece a la derecha la estoica casa de El Descanso del Toro, una construcción que combina pino y adobe con elegancia, ofreciendo a las habitaciones una temperatura fresca cuando brilla el sol y un buen abrigo cuando cae la lluvia.
El lugar también goza de todas las comodidades que uno soñaría en un alojamiento tan remoto: piscina, sala de cine, karaoke, área de deportes al aire libre, parqueadero, balcones, sala de juegos, salón de eventos, spa, hidromasaje, asistencia médica y servicio de restaurante.
Detalles como la cueva artificial donde se ubica el turco y los grandes armarios de madera que parecen troncos con puertas, evocan un aire rústico y hogareño. Es el tipo de lugar que extrañas cuando lo dejas.
La finca de la familia, un terreno pequeño al inicio, donde se cultivaba caña, con caminos de metro y medio de ancho, de a poco fue extendiéndose. Se compraron terrenos aledaños y se modificaron los senderos. Se inició la construcción de la casa y de una sala de eventos… La idea original era ofrecer cuartos para que quienes asistían a los eventos tuvieran un lugar donde quedarse. El proyecto permitía, además, crear plazas de trabajo para la gente de la zona, un objetivo que era fundamental para los Ruiz desde un principio.
“A mi papá de joven le decían el Toro Ruiz y un día buscábamos un nombre y mi mamá dijo ¿por qué no le ponemos El Descanso del Toro? Y así quedó”, ríe Ximena.
Con el logo, que ilustra a un toro echado en una hamaca, con la exclusividad y calidez de un proyecto familiar atesorado, uno rápidamente comprende que la experiencia aquí es lo que cuenta. Ello unido a un restaurante cuya carta sana y atractiva, creada con la asistencia del chef José Sogues, ofrece delicias únicas desde empanadas de verde rellanas de cuy hasta deliciosos helados como el de taxo.
Su ubicación privilegiada beneficia a la hostería con la mítica agua, enriquecida de minerales, de la zona de Agua del Hierro. Y existe un plus que solo puede describirse una vez vivido: despertar sin el ruido de los autos y al ritmo del cantar de las aves que reciben los primeros rayos de sol. Así cualquiera empieza bien el día.
Con Cerveza Propia
Wilco, la cerveza artesanal de Descanso Del Toro, produce seis variedades, entre ellas: Ave (Blond Ale, en honor al Jocotoco, ave insignia de Loja), Oso (S weet Stout, homenaje al Oso Andino, emblema del Podocarpus) y Toro (Red Ale, en honor a la hostería). Todas deliciosas y con un secreto: se hace con el agua de las vertientes del Valle Sagrado de Vilcabamba.
Contacto
Vía principal a Yanburara Vilcabamba, Loja, Ecuador
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