El Capacñán

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Texto: Ana Sevilla / Ilán Greenfield

Los españoles encontraron magnífico (y práctico) al gran camino inca y lo continuaron usando durante la Colonia, cambiándole el nombre a “Camino Real”. Doscientos años después, Bolívar y sus ejércitos volvieron a servirse de él, llamándolo “Camino Libertario”. Durante la república, García Moreno acudió a su practicidad para construir “nuevas” vías, así paso a llamarse “Camino de García Moreno”. Todo esto contribuyó a erosionar de la memoria el nombre y trazado original de la vía principal del Tahuantinsuyo. La reliquia —de proporciones gigantescas— transita, sin duda, en el olvido, pero hoy te invitamos a imaginar lo que sería rescatarla; lo que representaría para el orgullo y asombro de propios y extraños poderla visitar, caminar, conocer y vivir en toda su grandeza y esplendor…

Nos vamos a ir al Infierno si no hacemos algo por el Capacñán

Mis conversaciones con Jorge Anhalzer sobre el camino del Inca suelen ser apasionadas, eruditas, irreverentes y enfurecidas. Este incansable caminante e intrépido aviador conoce los vericuetos de los Andes como la palma de su mano. Desde la tierra y desde el aire Jorge lleva toda su vida mapeando el gran camino Inca y cuando le pregunto sobre su futuro, me responde molesto, en un español adornado de vocablos kichwas, que se irá “al Infierno” si no hace algo: “¡en los últimos treinta años el Capacñán se ha deteriorado más que en los 500 años anteriores!”

Esta sentencia me cae como baldazo de agua fría. Había quedado encantado al conocer en 2014 que el Qhapac Ñan (antes escrita de esta forma) fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. La declaratoria bastaría, pensaba humildemente, para asegurar que el mayor monumento prehispánico de la historia sudamericana estaría en buenas manos… Pero una conversación con Jorge y una breve visita de los pocos vestigios que quedan bastaron para comprender que de lo dicho al hecho existe un trecho incluso mayor que los más 500 km de escarpados caminos antiguos que atraviesan nuestro país y que hoy se encuentran huérfanos, en vías de extinción.

 

El Capacñán es el camino principal de una extensa red de comunicación que se organizó a lo largo de los muchos siglos de civilización andina y que los incas articularon como parte de un proyecto político, militar, ideológico y administrativo de carácter integrador y expansionista y de magnitud continental llamado Tawantinsuyu, el cual alcanzó su máxima expresión en el siglo XV.

En Ecuador, a pesar de que solo 108 kilómetros de Capacñán han sido incluidos en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, al menos 500 km adicionales de sistemas viales antiguos se encuentran hoy en estado de abandono. Son necesarias acciones urgentes impulsadas por la investigación, el desarrollo comunitario sostenible, el trabajo en red y la innovación en cultura para asegurar el futuro de este patrimonio…

La buena noticia es que hemos sido muchos los que vamos por el mundo rescatando caminos viejos. Motivados por el conocimiento y preocupación de Jorge, hemos establecido un grupo de investigación (Alden Yépez, Jorge Anhalzer, Ana Sevilla, Karina Neumann) que hoy cuenta con el aval del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) para identificar un tramo de caminería antigua en la sierra norte de Ecuador relacionado con el Capacñán.

Qhapaq Ñan, el principal camino Inca en Ecuador

Fruto de sus exploraciones, de su amplio recorrido a través de la geografía ecuatoriana, de su incansable curiosidad por conocer los secretos de la historia de este territorio, especialmente aquellos secretos que se trazan en sus contornos más escarpados, Jorge Juan Anhalzer ha logrado identificar el eje transversal, el hilo conductor, que une en una sola línea el agrietado cuerpo de nuestros Andes. Lleno de pasión y arte, con fabulosas fotografías únicas que revelan la belleza incomparable de la cordillera ecuatoriana, el autor y fotógrafo presenta su libro “El Capacñán: Quapac ñan. El principal camino Inca en Ecuador”, el documento más ilustrativo e inspirador del tema hasta la fecha.

¿Dónde comprar el libro?

El libro está disponible en Quito en Librería Española, en Cumbayá en El Búho del Paseo San Francisco o comunicándote por correo electrónico: jorge.juan.anhalzer@gmail.com4-6 hojas: Camino Guayllabamba + Puente

Puente a la historia

Freddy Neumann es guayllabambeño guayllabambeño… En un pueblo de paso como Guayllabamba, cuya población es principalmente migratoria, un lugar que ha crecido de manera exponencial en los últimos treinta años, esto es decir mucho y Freddy es de los contados residentes que aún recuerdan, por ejemplo, cómo se jugaba sobre el “puente quebrado” del río Pisque. Es un recuerdo lejano, pero pertinente. Fue destruido con tractores del ejército a fines del siglo pasado, pero su construcción data, se estima, de los primeros años de la Colonia.

Hubo siempre leyendas y entredichos alrededor de estos puentes, al igual que de los “túneles” coloniales que también existían en la zona. Ya era común en su juventud escuchar el término “camino del inca” en boca de los lugareños y muchos contaban de sus excursiones en busca de tesoros perdidos. Entre estos decires estaba un atajo inusual que “te llevaba directo a Calderón”. A Freddy siempre le pareció curiosa la posibilidad, tomando en cuenta la vía principal que une a Guayllabamba con Calderón, la cual desciende el valle para volver a subir “a Quito”. Pero un día, le pidió a Salvador Flores, un trabajador local que le había mencionado de la existencia de este camino, que lo llevara hasta él. En esa época, según recuerda Freddy allá por 1968, los guayllabambeños usaban un pequeño puente que, con proporciones hercúleas, sostenía dos monstruosos peñascos sobre el río Guayllabamba. “Era un portal”, dice Freddy: “efectivamente, me abrió los ojos a una dimensión que no conocía de mi propio terruño: no tenías que descender para volver a subir… te mantenías tranquilamente por la arista; solo las familias de ahí conocían el camino”.

A partir de este conocimiento de Freddy y dado el preocupante estado del camino en mención, el equipo inició un proceso para recuperar 10 km que conectan Pomasqui con Pueblo Viejo, en el valle de Guayllabamba. Jorge describe el segmento con encanto y asombro: “el paso del Capacñán por el abra del Guayllabamba es cosa portentosa. En este profundo y árido cañón, lo que queda del camino baja a la abismal orilla del río por unos quingos en zigzag. Al fondo sobrevive un increíble puente cuyas bases son unas magníficas piedras labradas por los incas. Evidentes son los orificios por donde pasaban las cuerdas de paja y cabuya trenzada originales. El arco superior construido en jaboncillo, seguramente durante la temprana colonia, no es menos asombroso y bello. Más arriba hay en sendas estratégicas lomas, dos pucarás que debieron antaño custodiar el camino y la comarca aledaña”.

El tramo guarda un enorme potencial para convertirse en un nuevo parque lineal para Quito. La belleza del bosque seco de la quebrada, del que quedan ya pocos remanentes por la fuerte presión de las canteras y la agricultura, con el contraste entre sus plantas espinosas y sus flores alegres, la relación del camino con sitios arqueológicos monumentales de clara filiación Inca, la impresionante abra y el puente colonial aún en pie, nos hacen soñar en un programa de puesta en valor que incluya la participación activa de comunidades aledañas de las parroquias de Guayllabamba y Calderón.

Estos caminos fueron hechos para ser andados. Debemos ponerlos de nuevo en uso. El Capacñán podría ser un motor turístico para el país si se logra crear una red de caminos protegidos y utilizados por las comunidades locales y visitados y atesorados por cada ecuatoriano amante de su historia y velador de su patrimonio.

Only in Ecuador

El Capacñán en territorio ecuatoriano conectó la zona norteña del imperio Inca, llegando a tener 10 m de ancho en sus tramos más importantes, asombrando a exploradores universales como Alexander von Humboldt quien los comparó con la red vial del Imperio Romano. El Capacñán de Ecuador es símbolo inequívoco y único del expansionismo del mayor imperio de Sudamérica en su deseo por alcanzar y conquistar la “tierra del sol” en toda su almenada extensión equinoccial.

Piezas del rompecabezas para seguir armando el Capacñán

Estos son algunos de los tramos que seguirán el mismo proceso de investigación y desarrollo luego del tramo identificado del Capacñán en Guayllabamba.

  1. San Antonio de Pichincha – cumbres del Mojanda – Lago San Pablo (60 km).
  2. Carchi: 30 km intactos usados por contrabandistas.
  3. Tixán – Achupallas. Esta es una sección que empata con la que se usa frecuentemente (Achupallas a Ingapirca), pero duplica la distancia. Es probablemente el proyecto de recuperación más fácil de ejecutar.
  4. En Loja existen varios trechos de 20 ó 30 km. Muchos están atravesados por la Panamericana.
  5. Salida de Quito a Tambillo. Existen ca. 10 km; de este se ha perdido muchísimo.

Fotografías: Jorge Anhalzer / Ilán Greenfield

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