Textos por: Ilan Greenfield
Fotos: Jorge Vinueza, Dušan Brinkhuizen (DB) & Murray Cooper (MC)
Quito tiene mucho de qué jactarse. Fabulosos edificios patrimoniales, un fabuloso Centro Histórico, preservado impecablemente a través de sus más de 300 hectáreas de superficie urbana, la belleza de sus paisajes rodeados de monumentales nevados y ondulantes montañas y… cientos de especies de aves.
Los atributos de la capital ecuatoriana pueden ser difíciles de cuantificar (¿quién está compitiendo?) pero, en cuestiones de biodiversidad, hay que decir que el Distrito Metropolitano de Quito cuenta con cifras a la mano: a nivel mundial deja atrás a muchos, sino a todos, sus concurrentes.

Quito se ubica entre las ciudades más ricas del mundo en cuanto a biodiversidad, una capital de proporciones asombrosas… especialmente amigable para los amantes de las aves.
Es asombroso que un “distrito metropolitano” —que incluye su ciudad capital poblada de varios millones de habitantes, un aeropuerto internacional, docenas de malls, expansivos suburbios y fronteras agrícolas —se rodee de tanta naturaleza. Y no de cualquier naturaleza. Quito es un núcleo de biodiversidad sin parangón en el mundo. Si bien Bogotá, la capital del país con más especies de aves en el mundo, cuenta con hasta 600 registradas en los confines de su Área Metropolitana, el Distrito Metropolitano de Quito supera la marca de por sí impresionante con hasta 800 especies (aunque insistimos, ¡no es una competencia!).

Toda esta biodiversidad tiene su razón de ser. El rango de elevación de Quito no tiene equivalente en el mundo. Desde los casi 1000 msnm de los bosques nublados de Pacto hasta los casi 5000 msnm de la cima del Pichincha, son decenas los microclimas que conforman su escarpada geografía.
La biodiversidad de Quito se multiplica cuando consideramos los ecosistemas: los páramos y pajonales, los bosques de Polylepis, las zonas áridas, las zonas templadas, las arboledas rurales, los campos de sembríos y bosques a distintas elevaciones, los cuales concentran la mayor cantidad de especies: bosques chaparros, montanos, subtropicales y de estribación o “piemontano”.



Para un ‘pajarero’, no existe un lugar más paradisiaco. A una hora del aeropuerto, ni bien llegado al país, uno puede incursionar en zonas con más especies de aves que continentes enteros. Cabe recalcar que el Distrito Metropolitano de Quito es simplemente una distribución política y no incluye áreas aledañas de gran importancia. Si fuéramos a ampliar el distrito para que los incluyera —lugares más cercanos del núcleo urbano, incluso, que los propios bosques de Pacto, al extremo oeste de la ciudad—, el número de especies de aves sería aún mayor. Y para el turista que viene específicamente para ver aves, no hay, en realidad, lugar que se compare.
– El Nictibio Común, su plumaje hace que parezca un tronco (foto de Dusan Brinkhuizen) –
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