Hoy viajamos a la Francia de principios del siglo pasado que vio nacer a René Elie, dueño fundador de la panadería Cyrano; hacemos escala en el Quito de los sesenta que vio nacer la marca y aterrizamos en pleno 2022 para recordarles que Cyrano sigue siendo la pastelería-panadería más querida de la capital.

El pan francés llega al país
Cyrano está inspirada en Francia, concebida por la mente y la experiencia en el oficio panadero y pastelero de su fundador francés René Elie; pero representa, también, el viaje de un “pan migrante” y de recetas que se fueron identificando con la ciudad a la que René migró.

Nacido en la región de la Dordoña (Francia), René llegó a Ecuador en 1948, buscando futuro tras los duros años de la Segunda Guerra Mundial. Desde joven trabajó con su padre, en el molino de la familia y, luego de un penoso cautiverio durante la Guerra Civil Española (y un breve salto a Marruecos para administrar un hotel), se encontró con la inusitada oportunidad de ser “agricultor” en una hacienda ecuatoriana. De todas las aventuras, esta última fue la que más cambió su vida.
En Quito, no tardó en volver a sus raíces: el pan. Vendía croissants deleitando a los asiduos de los jardines de la empresa de agua mineral “Güitig” y luego de varios intentos de levantar un negocio panadero con socios (y sin ellos), en 1958, logró finalmente crear el concepto de Cyrano.

Desde sus deliciosas versiones de la tradicional guagua de pan hasta los clásicos como la palanqueta o baguette, panes que aprovechan distintos tipos de harina, el croissant, el pan au chocolat y el adictivo pan brioche, una receta inolvidablemente suave y esponjosa, Cyrano se fue anclando en el corazón panadero de los ecuatorianos.
Cyrano, nacido de las experiencias de vida de Elie tanto en Francia como en Ecuador, ha crecido junto al paladar quiteño. Utilizando harinas e ingredientes locales (maíz, quinua, mortiño, entre otros) ha creado, a su vez, un sabor único, autóctono y auténtico.

René siempre estuvo a la vanguardia. Su “pan sin levadura”, por ejemplo, es una receta centenaria lo dice todo: una receta centenaria de masa madre preparada desde hace más de seis décadas. Como todo lo bueno, nunca se pone viejo.
El pan de Quito
Cyrano desarrolló la “caja viajera” para clientes que, como cualquier quiteño, compran pan; pero que lo llevarán a sus hogares en otras ciudades del país y del mundo. Estas cajas entran a la perfección en el compartimento de equipaje de mano del avión y se ha vuelto costumbre sagrada para muchos viajeros hacer que su última parada en la ciudad sea para comprar este delicioso “pan de altura” -mezcla de savoirfaire francés con la frescura e identidad de ingredientes locales. ¡De Quito no nos vamos sin nuestra cajita viajera!