Ecuador es una nación que respira fútbol y Sociedad Deportiva Aucas, uno de sus pulmones más antiguos. Constituido en 1945 por Royal Dutch Shell (la transnacional petrolera), el Aucas (o “los salvajes”, en quichua) se convirtió rápidamente en uno de los equipos más representativos de la ciudad de Quito, que desde su casa en el Gran Sur vio nacer el sentimiento futbolero capitalino. Podríamos incluso decir que descubrir la pasión por este deporte en Quito es aventurarse a las gradas de un partido del Aucas en su propio estadio de Chillogallo (Rumichaca y Moromoro), la “Caldera del Sur”, beber cervezas, comer empanadas, maldecir al árbitro con el resto de aficionados de su “Armagedón”, la insigne barra brava del representativo, y recordar el momento en que surgió hace casi 60 años.
Desde su nacimiento hasta los años 70, el Aucas fue el más popular, gracias a una racha de éxitos de varias temporadas invictas en los años 40. Esto era antes de que existieran las competiciones internacionales de hoy; el equipo, hasta ayer (13 de noviembre, 2022), ¡tampoco había sido campeón nacional! Pero se cocinó tal fervor, que hasta hoy permanece la memoria de aquel mentado “marido y mantenedor del futbol ecuatoriano”.
Temporadas desfavorables fueron muchas (décadas, incluso) y con ello la fanaticada se fue diluyendo. Sin embargo, el fervor de los aficionados que hoy van al estadio a corearle al “Papá Aucas”, sigue intacto. El equipo ha sufrido crisis durante años, crisis que ningún otro club quisiera (o pudiera) soportar, aferrándose al profesionalismo por un dedo, pero la fanaticada inquebrantable se ha desplazado cada domingo a las gradas de su estadio a tocar la trompeta, a golpear los bombos, a invocar todo un pasado de gloria en procura de ganar al menos el partido… y hoy… el hito que tanto había esperado: ¡el campeonato!
En los últimos años, los dirigentes habían traído a entrenadores de corte mundialista como Marco Antonio Etcheverry, el entrenador argentino ‘El Turco’ Assad, un conocido del fútbol latinoamericano, buscando volver a surgir. Jugadores como Jaime Iván Kaviedes, posiblemente uno de los más talentosos de su generación (y el más polémico también), se colocó la casaca amarillo con rojo del”Idolo del Pueblo”, esperando aportar al glorioso renacimiento de esta Ave Fénix del fútbol ecuatoriano. Pero sin mucha suerte; hasta que, sin sospecharlo, se armó una de las alineaciones más competitivas de su historia, con el entrenado venezolano César Farías y talentosos jugadores como Victor Figueroa, el argentino de ascendencia polaca Francisco Fydriszewski y el icónico “La Tuca” Roberto Ordóñez. Cientos de hinchas de la tercera edad se pinchaban el brazo ante este sueño que se volvía realidad.
¡Que viva el Aucas! ¡Muchas felicitaciones a este emblema futbolero del Ecuador!
Fotografías: Yolanda Escobar