Galápagos está presente en todo lo que produce Arkabuz. En su música, en sus letras, en sus melodías y su inspiración. Escuchar Arkabuz es escuchar la dulce y sabrosa relación con el mar y las Islas Encantadas de estos muchachos que se criaron en ellas, entre lobos marinos, campos de lava y eterna mar.
Hace más de una década se formó Arkabuz como se formaron muchas de las grandes bandas de la historia: cuatro jóvenes con ganas de hacer música en el patio de sus casas… para sus amigos y para sí mismos… La idea de llegar al estrellato lejana en su mente, alejados como estaban del continente, inmersos en un lugar del planeta que nunca antes había producido algo como un “hit musical” en toda su historia. Todo, la fama, los conciertos… los fans coreando a gritos sus canciones en Seseribó sin que ellos puedan escuchar lo que cantaban ni lo que tocaban (¡ni qué Beatles en Shea Stadium!) todo aquello llegó después…
Federico Idrovo y Nicolás Bermeo, dos de los integrantes de Arkabuz, nos cuentan esta etapa de sus vidas. Reviven sus años de gloria sentados en la casa de los Idrovo en San Cristóbal y tocan un par temas con la misma pasión con la que las crearon. Un poco de funk, algo de reggae rociado con jazz y rock, un mestizaje de todo lo que llegaba a sus emisoras, intacto en cada rasgado.
“Cuando toda la música hablaba de amor y de parejas, llegamos nosotros que solo queríamos cantar sobre la vida cotidiana, el mar, la playa, lo que era estar acá”
Sonríen con los cuentos de sus conciertos en Quito, de la vez que “llenaron el Seseribó” o cuando “tocamos en Itchimbía y este man (Nico) me dice que me toca cantar “Control” a mí… ¿what? ¿no pudo habérmelo dicho antes?” hostiga Fede. Sus rostros se iluminan cuando dicen con orgullo que son la única banda de Galápagos que ha tocado en Quito Fest.
En las noches de San Cristóbal aún se escucha la música de Arkabuz y sus fans siguen cantando a viva voz los clásicos de su isla: “Vive Libre”, “Camino a Puerto Chino”, “Nada”… «¡Mira corazón, de melocotón!» (escucha el sabor de esta juventud galapagueña en YouTube o Spotify).