No somos chagras, ni mucho menos, pero el espíritu aventurero de nuestro equipo nos condujo a tener un día como el de ellos, en los inhóspitos alrededores de la cordillera Cubillines, al sur de El Altar, dentro del Parque Nacional Sangay.
El sol abriga tenuemente las colinas del páramo, refugiándose en los espacios que las apuradas nubes van formando en el cielo. Junto a estos primeros sucesos del día, el chagra va alistando su traje, montura y caballo, su eterno amigo. Con destreza y prosa inigualables, va recorriendo los campos, juntándose con sus compañeros, tomando un puro para ahuyentar el frío… Hasta que llega el momento de revisar el ganado, un trabajo para el que ellos nacieron preparados.
El punto de partida fue la acogedora hacienda Abraspungo, donde reponer energía para la travesía del día siguiente no sería tarea difícil. Sus cómodas instalaciones e incomparable trato son parte de este servicio de cabalgata que el hospedaje ha implementado para sus visitantes.
A cuarenta minutos de Abraspungo se encuentra Chambo, una de las zonas agrícolas y ganaderas más importantes de la provincia. Es también la entrada y salida de los lugares mejor conservados de estos vírgenes páramos, con espléndidos paisajes y naturaleza de ensueño. Llegamos a la zona de Cubillines, listos para recorrerlo como sus chagras, en los páramos fluviales de la provincia.
“Que se mantenga intacto el páramo y los bosques del lugar”, este fue el sueño del padre de Carlos Oviedo, nuestro acompañante de hoy, quien, junto a su familia, ha cuidado y dado vida a las tierras de la Hacienda Cubillín. Con estas palabras en mente, me coloco un poncho, zamarro y sombrero, recordando que son los chagras también quienes comparten las palabras Eudoro Oviedo y quienes conservar este entorno día tras día.
Con vistas privilegiadas a las cumbres más emblemáticas de la región, la travesía de Cubillines es hermosa a la vez que aventurera. Senderos, riachuelos, cascadas y hasta rocas para escalada componen el camino que estamos por recorrer.
Entre enigmas y montañas
Una vez lista la indumentaria, es momento de seguir el llamado de la cordillera. Jalisco se llama mi équido compañero con el que recorreremos un par de horas en dirección a las cumbres nevadas de Hacienda Cubillines. Son cuatro las principales del macizo montañoso del Pailacajas, cada una con su belleza singular. Mientras Carlos me da las direcciones para cabalgar a Jalisco, también me comenta que detrás de esas cumbres se encuentra el descenso a la selva, lo que se me hace difícil asimilar considerando el frío y la neblina que nos rodean.
Con paso lento pero seguro, nuestro grupo de chagras inicia su recorrido por el páramo. El aire se respira puro y calmo, como si a otros tiempos perteneciese. Y es que claro, a pesar de sus secretos y encanto, siempre ha sido conservado.
Hacienda Cubillín pertenecía a Ludwing ‘el gringo’ Weber, quien habría participado en la Segunda Guerra Mundial. Fue en Riobamba donde conoció a Angélica Calero, con quien formaría un hogar en estas tierras. “Dicen que aquí es un sector de minas y que existe mucho oro, pero Weber no lo adquirió por eso” cuenta Carlos. “Era más bien porque aquí había lugares donde podían aterrizar sus avionetas”, aclara…
Continúa leyendo la travesía por Cubillines en nuestra edición n°44: Chimborazo al aire libre. Comunícate al +593 99 980 0239 o acércate a tu librería más cercana (Mr. Books, Librería Española, Librimundi).
Fotografías: Murray Cooper
Contacto
Para vivir esta experiencia, comuníquese a través de los distintos canales con Hacienda Abrasungo y Hacienda Cubillines.
Dirección: km. 3 1/2 Vía Riobamba – Guano
+593 99 768 3450
Correo: info@haciendaabraspungo.com
Ins: @haciendaabraspungo
Fb: hacienda.abraspungo
https://haciendaabraspungo.com/
Carlos Oviedo (Hacienda Cubillín): +593 99 769 4370